Si hay algo que puede cambiar significativamente los actuales estándares de productividad es la computación cuántica en inglés quantum computing (QC). Por el momento sus niveles de complejidad son tan elevados que aún queda camino por recorrer. Uno de los obstáculos cruciales en el paradigma de la computación cuántica es el conflicto de la decoherencia cuántica, que provoca la pérdida del carácter unitario y de manera más particular, el extravío de la reversibilidad de los pasos del algoritmo cuántico.
El concepto de la computación cuántica tiene sus orígenes en 1981, en el momento en que Paul Benioff exhibe su teoría con el objeto de explotar los potenciales de las leyes cuánticas en el marco natural de la computación.
La teoría cuántica es la base teórica de la física moderna que explica la naturaleza y el comportamiento de la materia y la energía en el nivel atómico y subatómico. La naturaleza y el comportamiento de la materia y la energía en ese nivel, a veces se denominan física cuántica y mecánica cuántica. Cuando ingresas en el mundo de las partículas atómicas y subatómicas, las cosas comienzan a comportarse de formas inesperadas. De hecho, estas partículas pueden existir en más de un estado a la vez. Es esta capacidad la que aprovechan las computadoras cuánticas. En lugar de bits, que usan las computadoras convencionales, una computadora cuántica utiliza bits cuánticos, conocidos como qubits. Para ilustrar la diferencia, imagine una esfera. Un bit puede estar en cualquiera de los dos polos de la esfera, pero un qubit puede existir en cualquier punto de la esfera. Por lo tanto, esto significa que una computadora que utiliza qubits puede almacenar una enorme cantidad de información y usa menos energía que una computadora clásica. Al entrar en esta área cuántica de la computación donde las leyes tradicionales de la física ya no se aplican, podremos crear procesadores que son significativamente más rápidos (un millón o más veces) que los que utilizamos hoy en día. En otras palabras, la computación cuántica nos abre a un mundo de procesamiento sin límites, perfilándose como la tecnología más trascendente para la innovación industrial.
Los beneficios de la computación cuántica para el cliente no tienen precedentes:
Las computadoras cuánticas harán que la comunicación sea más segura en la forma en que la información se «teletransporta».
Las computadoras cuánticas ofrecerán una velocidad enorme para problemas específicos. La velocidad de las computadoras cuánticas mejorará muchas de nuestras tecnologías que necesitan una inmensa potencia de cálculo como el aprendizaje automático, 5G e incluso velocidades de Internet más rápidas, transporte, IoT y mucho más.
La computación cuántica en una era de Big Data, permite una eficiencia sin precedentes en el procesamiento de la enorme cantidad de datos que producimos a diario en el planeta.
En marketing, solo imagina cómo sería la experiencia del usuario (UX) y experiencia del cliente (CX) en un entorno de computadores cuánticos.